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Muñecas inflables en Avenida Roosevelt


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muñecas inflables en Avenida Roosevelt

La historia de la producción de muñecas inflables en Avenida Roosevelt es más larga de lo que se pensaba.

Comenzó con muñecas de cuero y ahora se están fabricando robots que semejan mujeres.

La historia de las muñecas inflables en Avenida Roosevelt tiene varios cientos y cientos de años, dependen de la tecnología que avanza constantemente, con lo que son copias cada vez más fieles de las mujeres de la vida real.

Uno de los primeros ejemplos registrados del uso de juguetes sexuales fue en el siglo XVII, cuando se cosían a mano muñecas de cuero para marineros holandeses que comerciaban con marineros japoneses. Según los informes, se sentían muy solos en los viajes largos, por lo que está claro por qué decidieron tener «amigos de cuero».

Anthony Ferguson, estudioso de la historia de la fabricación y el empleo de muñecas inflables en Avenida Roosevelt, asevera que en la década de 1940 el entonces artista surrealista alemán Hans Belmer hizo una versión más moderna de una muñeca sexual.

«Los increíbles modelos erotizados que hizo Belmer diferían de las muñecas inflables en Avenida Roosevelt funcionales de hoy en día en que no tenían una abertura para la penetración», asevera el libro Sex Doll: History 2010 de Ferguson.

Las aberturas comenzaron a agregarse al final de la Segunda Guerra Mundial, con la invención de la muñeca sexual inflable.

Creación de las muñecas inflables en Avenida Roosevelt

Si crees en las leyendas urbanas, podrías meditar que las muñecas inflables en Avenida Roosevelt realmente fueron inventadas por nada menos que Adolf Hitler.

según algunas teorías, de esta manera deseaba evitar que los alemanes se acostaran con mujeres no arias, y de esta forma prosiguió una política para prevenir las enfermedades de transmisión sexual.

No hay evidencia para estas afirmaciones. En los Estados Unidos, los anuncios de muñecas inflables en Avenida Roosevelt empezaron a aparecer en las gacetas pornográficas a partir de 1968 y, con el tiempo, estas muñecas se volvieron más vívidas, con nuevos materiales de silicona, allanando el camino a fin de que se plantearan la cuestión del verdadero ser humano.

necesidad de intimidad con otro ser humano. Ahora, en el siglo XXI, los robots sexuales pueden charlar e incluso hay programas que permiten, aunque sea artificialmente, la amedrentad emocional.

El primordial fabricante de muñecas inflables en Avenida Roosevelt es la empresa «Abiss Creations», que fue fundada en mil novecientos noventa y siete y fabrica una muñeca llamada RealDoll.

La compañía ahora asimismo genera muñecas transgénero, de esta manera como senos de silicona para mujeres trans.

Otra empresa, «Synthetics», lanzó su modelo de muñeca en dos mil diez y la empresa «Ginoid» genera muñecas que pueden charlar, reír, parpadear e aun temblar. En una entrevista con The Independent, Matt Krivik, que trabaja para «Synthetics», dijo que la mayoría de los clientes del servicio son «en su mayoría personas maravilladas por el cuerpo humano».

También dijo que son comprados por parejas, pero asimismo por solteros, con el objetivo de explorar el sexo con nuevas parejas. “Las parejas creen que muñecos como este son una forma segura de tener contacto con otra pareja, por el hecho de que no hay emociones.

Es una investigación sexual sin engaños”, dijo. «Hay hombres solitarios de mediana edad que no quieren ir a las reuniones, hay personas con discapacidades para quienes las muñecas inflables en Avenida Roosevelt son buenos compañeros, y entonces hay parejas que desean agregar otra dimensión a su vida y experiencia sexual».

Mientras tanto, ha habido casos de personas que afirman estar verdaderamente enamoradas de sus muñecas, y los fabricantes sugieren que las muñecas se ofrecerán en el mercado en el futuro para «hacer compañía» a personas solitarias y ancianas.

En lo que se refiere a las ventas, además de esto de Estados Unidos, se dio a conocer que entre los buscadores web más desarrollados se encuentran los de Alemania, Australia y Reino Unido.

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